martes, 24 de abril de 2007

Conocer es querer (y a veces odiar)


Para los que no me conocen o creen conocerme daré algunas pistas respecto a mi persona. Si me pusieran entre un montón de gente pasaría desapercibido o me tomarían por el empleado de algún negocio... sin más (en varias ocasiones estando de compras en Carrefour algún hombre y alguna mujer me preguntaron como si fuera empleado de la susodicha... no es broma). En cambio mi CV diría cosas como que pasé un montón de años en colegios privados, internados, juniorados y seminarios. Básicamente hasta los 26 años. También aproveché para sacar una diplomatura en Teología en Santiago de Compostela, una licenciatura en Filología inglesa, títulos de Monitor y Coordinador de Tiempo Libre y una destreza profesional en Hardware y Software (resulta que cuando yo quería aprender informática no había ni carreras ni profesores que supieran mucho de Windows). Como hobby personal trabajo en artes plásticas, pinto, hago esculturas y tallas en madera. Odio el fútbol y casi todos los deportes pero soy apasionado del montañismo y el trekking. Desde los 15 años me metí en el mundo de la música y gané varios festivales. Era realmente bueno y creativo para mi edad. En el Ejército, en Melilla me metieron dos meses en el trullo por cantar un par de canciones subversivas y montar un pollo cojonudo el día de Santa Bárbara. Por eso odio a los fachas conservadores y otros derechosos autoritaristas. Los ejércitos deberían estar plantando árboles y arreglando paisajes en vez de joderlos. En Melilla conocí a los Hindúes y me permitieron asistir a sus ceremonias. Al año siguiente, estudiando Teología en Santiago se cumplieron los pronósticos de los profesores respecto a nosotros: perdí la fe. Exactamente, dejé de creer en el montón de chorradas doctrinales que me habían obligado a creer so pena de ir al infierno. Ahora soy librepensador, respetuoso con casi todas las religiones y culturas pero progresista, optimista y transformador. He trabajado en Inglaterra colocando españolitos en hoteles (trabajo basura puro y duro). Me autodespedí después de decirle al jorobado (sic) de mi jefe que eso era an slave labour company. Luego trabajé repartiendo trozos de camión por todo el sur de Inglaterra, Bournemouth y alrededores y también pintando casas y vendiendo plásticos para las fachadas... dando clase a viejos... y ni me acuerdo cuántos otros curros basura. Pero ví cómo funciona el mundo. En el año 1996 fundé la Academia Studium. Un éxito creciente desde el principio llegando a tener picos de 40 alumnos e ingresos de casi medio millón de pelas al mes. Vendí infinidad de ordenadores, reparé lo irreparable... viajé todo lo que pude, conocí a Peggy en Perú y formamos un tándem perfecto. Viajamos más que nunca y vivimos el momento presente. Dos aviones se metieron un hostia contra dos torres de NY que ni siquiera sabía que existían. Eso nos jodió la economía a nosotros y al resto del planeta. Cuando ya llevaba cinco años enseñando informática al pueblo, el Gobierno se enteró de que era bueno impartir informática en las escuelas e Institutos de la rancia España. Y simplemente me jodieron la gallina. Estuve trabajando unos cuantos años para las escuelas e institutos de Sahagún hasta que los pecados capitales como la envidia, la cólera, la ira, la soberbia, la lujuria y otros compañeros decidieron ocupar mi lugar. No opuse resistencia. Dí al César lo que le correspondía y retorné al voto de pobreza de mi vida religiosa. Tomé las riendas de la Agricultura en lo que denominan "pluriactividad" y con la ayuda de Peggy alterno servicios técnicos con arados, clases de informática y tienda. El año pasado abrimos el Albergue Viatoris Tano, el Ingeniero Víctor y yo. Un éxito y un palizón de madrugadas sirviendo desayunos. Y pensar que lo único que yo quería era diseñar una fachada mudéjar..... Bueno, y entre el 2005 y el 2007 estuve profundizando en unos asuntillos pendientes de investigación paranormal o esotérica como la piramidología, Tierra Hueca, Ovnis, Radiología y arqueología misteriosa. Apasionante pero ruinoso: no me da de comer. Y aquí termina el resumen de mi apasionante curriculum (nunca se puede ni se debe contar todo).

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