domingo, 29 de abril de 2007

Sobre el Doctor House


Hay una serie televisiva de muchos conocida que se titula House. Trata de un peculiar doctor con una metodología muy especial y un carácter rayano en lo insoportable. Pero es un genio. Una de sus tesis principales es que el paciente siempre miente (o casi siempre). Pues bien, eso mismo me pasa a mí. Eso mismo llevo diciendo yo una década. Como técnico informático (dícese de un sujeto peculiar dedicado a quitar los virus y otras guarradas del ordenador para que éste vuelva a arrancar bien y conectarse nuevamente e internet), jamás imaginé que mi trabajo se reduciría a repetir una y otra vez hasta el infinito la misma tediosa tarea de reinstalar la versión de Windows que corresponde al momento o quitar los virus y los spyware o vaciar los archivos pornográficos de los temporales del explorer (esos que casi nadie sabe dónde carajo se guardan pero que son la caja negra de todas las guarradas que la gente hace con su pc en internet). Y en este trabajo de análisis, diagnóstico y aplicación de la medicina o la terapia pertinente me siento igual que el doctor House. Cuando un cliente me trae un ordenador miente casi siempre. Cuando no miente sufre amnesia temporal y cuando no sufre amnesia temporal ni miente deliberadamente es porque omite datos qué me ayudarían a reparar su puto ordenador en la mitad o una décima parte del tiempo. Lo más cojonudo de todo es que hay sujetos que incluso mostrándoles las fotos pornográficas que ha estado viendo, indicándole la hora y el día y el minuto y el segundo... se quedan con la boca abierta y dicen; -!anda¡, y eso ¿qué hace ahí? Tranquilos, amigos clientes. Soy como el cura. Secreto de confesión. No diré nada. Nunca lo he hecho y no lo voy a hacer. Se dice el pecado pero no el pecador. Pero ¡¡cabrones de pecadores!! nunca dicen la verdad. Sinceramente, me cansa este trabajo. Quiero retirarme cuanto antes de los servicios informáticos. Creo que no voy a descubrir ya nada que en 11 años no haya visto. Cuando a uno le aborda esa sensación es mejor pensar en el cambio. De lo contrario, la vida deja de merecer la pena porque dejamos de evolucionar.

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